VAMOS A CONTAR ESTRELLAS

Aunque no tengamos conocimientos específicos, es muy fácil deducir que tanto para realizar observaciones visuales como para la astrofotografía, resulta importantísimo disponer de un cielo oscuro. El abusivo derroche de iluminación de nuestras ciudades, pueblos, etc, además de difícilmente justificable desde el punto de vista de la sostenibilidad, tiene una serie de efectos colaterales. Entre ellos, la paulatina extinción del cielo (echad un vistazo a este artículo). Ahora hay que alejarse varios kilómetros para disfrutar de un espectáculo como el de la Vía Láctea sobre nuestras cabezas. Nuestros abuelos simplemente tenían que salir a las puertas de sus casas...

Por supuesto, estos factores están íntimamente ligados al clima local y las características geográficas. La contaminación lumínica, exclusivamente provocada por el hombre, es el resplandor nocturno visible por culpa de la difusión y reflexión de la luz artifical en los gases y partículas de la atmósfera. Este resplandor, incrementa el brillo de fondo del cielo que hace disminuir el contraste con los objetos celestes y que por consiguiente hace que estos sean más difíciles de ver o más complicados de fotografiar.

Juan Miguel González Polo, astrofotógrafo cacereño a quien tuvimos el placer de tener en el instituto el año pasado, nos pide colaboración con el IACO, en su campaña para estimar el grado de oscuridad de los cielos nocturnos en España. Nos explica que no tiene ninguna complicación porque se trata de contar estrellas y dar un valor a la calidad del cielo según las cartas que hay en la web. Las horas para hacer las mediciones son bastante asequibles, así como las constelaciones a observar. El año pasado, en Extremadura, Juan Miguel fue el único -o casi- que aportó medidas para esta campaña. De todos depende que eso cambie.