Seguro que has visto alguno de esos vídeos en los que se captura una planta floreciendo, o las nubes pasando a cámara muy rápida. Es un recurso que se suele usar en cinematografía para mostrar el paso del tiempo y también para capturar procesos en los que el movimiento es muy lento, casi imperceptible para el ojo humano.
El time-lapse es una técnica de vídeo en la que cada fotograma ha sido capturado en un momento diferente en el tiempo, dando una sensación de que todo ocurre mucho más deprisa. Existen dos métodos: uno de ellos consiste en grabar una secuencia y luego acelerar el tiempo en postproducción y, la siguiente, se basa en capturar fotografías en diferentes intervalos de tiempo (horas, días, meses…) para después unirlos y crear una secuencia. Para ello, es necesario tener un dispositivo unido a la cámara que controle el momento en el se realizará el disparo.
Hay muchas variantes (tradicional, time-slice, hyper lapse y flow motion) y muchos accesorios que nos pueden facilitar la tarea y hacer que nuestro producto final pueda resultar aún más espectacular. Aquí tenéis un artículo bastante completo así como unos ejemplos para animaros a experimentar con esta técnica llena de posibilidades creativas.
